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Nuestro Sentido

“…porque cada uno es lo que es y es el departamento de ciudad o la granja donde aprendió a caminar y los dioses en los que creyó, los juegos que jugó, las comidas que comió, los seres que amó, los poemas que leyó, los recorridos en su propia ciudad y estas son cosas que nos han hecho lo que somos y no se pueden contar de oídas…”
W. Somerset Maugham


Teoría y Estética de los Medios es una asignatura que problematiza sobre la construcción de Sentido. Vincula la investigación de los sistemas de representación y simbolización con los procesos creativos de Diseño a través de los diversos medios audiovisuales. Se articula a partir de tres vertientes que, en el cruce y la trama, crean una asignatura dinámica para ser comprendida, en las relaciones entre sus contenidos y prácticas. Estás tres vertientes: las ficciones propias, la cultura y los territorios audiovisuales, son el marco desde el cual la Cátedra le propone al estudiante pensar/diseñar el sentido en el audiovisual. 


El sentido es aquello que acontece cuando la subjetividad de una persona se encuentra con un algo que le provoca una emoción. Es esencialmente subjetivo y no hay en este acontecimiento una verdad de lo que pueda dar cuenta la razón. Se vive como una revelación, como otra forma de conocimiento. El sentido es el fundamento y la finalidad de una producción audiovisual. No es un concepto, no es una idea, no es un contenido. Lejos de ser un mensaje concebido previamente por el diseñador y transmitido mediante alguna forma audiovisual a través de un medio al espectador, es una dirección, una forma de organización del espacio, del tiempo, de los objetos, de los cuerpos, de las palabras, de la luz, que permanece abierta al encuentro con el espectador. El sentido está vivo, es concebido y producido por el espectador, no como concepto, sino como experiencia vital. 


El carácter ilusorio del audiovisual puede darnos la falsa sensación de que existe algo real que podemos capturar; hasta en la menos profesional de las producciones audiovisuales, lo que vemos y escuchamos es siempre el resultado de un conjunto de decisiones y cada una de ellas, conscientes e inconscientes, dan cuenta de una determinada visión del mundo. Es esta visión de mundo la que se representa cuando damos cuenta de lo “real”. Más que una realidad, el audiovisual lo que reproduce es una mirada, una manera de percibir aquello que nos rodea; y cuando esa mirada se encuentra con el espectador acontece el sentido.


Toda mirada implica un recorte, una selección y una combinación de encuadre, de espacio, de tiempo. Por más espontaneidad que se pretenda, la decisión de seleccionar y grabar implica la toma de un punto de vista, de una mirada, a través/a partir de un medio que da cuenta del universo creativo e ideológico que está detrás. 
Es importante entender entonces que en la construcción de sentido, forma y contenido son un todo indisoluble, no se puede pensar a la idea separada de la forma, porque no existe un qué independiente de un cómo. 


"La información dada (un contenido) no puede existir ni transmitirse al margen de una estructura dada. Si repetimos una poesía en términos del habla habitual, destruiremos su estructura y, por consiguiente, no llevaremos al receptor todo el volumen de información que contenía. Así pues, el método de estudio por separado del contenido y de las particularidades artísticas, tan arraigado a la práctica escolar, se basa en una incomprensión de los fundamentos del arte (…) El pensamiento del escritor se realiza en una estructura artística determinada de la cual es inseparable." (Lotman. 1988. pp.21)


Las palabras de Lotman en relación al texto literario, se corresponden perfectamente con el texto audiovisual. La Cátedra acompaña al estudiante a entender desde qué lugar crea las imágenes, a que comprenda las matrices culturales desde donde diseña y descubra por qué las imágenes se encuentran ligadas a su propia personalidad dentro de un contexto cultural, que lo define como diseñador/creador. 

A partir del enfoque presentado en el comienzo de la fundamentación, a continuación, definiremos y particularizaremos cada una de las tres vertientes. 

La vertiente uno, las ficciones propias, se propone que el estudiante aborde su subjetividad, para que reconozca y pueda comprender la vinculación que hay entre su historia, experiencias e imaginario personal, recorridos teóricos, los medios y el material audiovisual que proyecta y realiza. No se trata de hacer de su propia vida el tema de sus diseños. Se trata de comprender la alquimia por la cual al hacer un audiovisual, la textura de la luz, la configuración del espacio y los matices del color, siguen una lógica olvidada de su infancia. 


"El cine no es una imagen después de otra, sino que es una imagen más otra que forma una tercera, y esta tercera la forma el espectador […]  Al final de su carrera Velázquez pintaba las cosas que hay entre las cosas, y me doy cuenta de que… poco a poco…el cine es lo que está entre las cosas, no las cosas, sino lo que hay entre una persona y otra persona, entre tú y yo y, luego, en la pantalla, está entre las cosas." (Godard. 2010)


En este contexto, las ficciones propias recuperan un entre. Un entre cosas, personas, vínculos… tal vez perdidas y olvidadas, que nos hacen vibrar/temblar. Ese entre, está potencialmente en todas nuestras ficciones porque conectan con lo propio. Lo propio, no se reduce a lo vivido, es época, tiempo, espacio, relatos de nuestros antepasados, luces y sombras de nuestra vida y el conocimiento del mundo que alcanzamos a recibir. Todo relato sobre una experiencia vivida implica una selección y combinación de formas que elige el autor para generar una imagen. Estas formas no son transparentes, no son copias de hechos vividos. Escribir en imágenes es producir formas que arrastran contenidos en tiempo y espacio. 


Este enfoque pone de manifiesto, desde dónde mira el creador y cómo están desplazados a la imagen audiovisual, sus retazos pre-existentes que emergen en sus diseños como fragmentos (acciones, rasgos de personajes, actitudes conocidas, espacios, objetos, formas y modos que nos han hecho lo que somos, los lugares y las texturas donde aprendimos a caminar, la lengua de origen, los juegos que jugamos, las comidas que comimos, los dioses en que creímos, el mundo en el que estamos inmersos y los medios que utilizamos.).


"Entre el concepto y la imagen no hay síntesis. Tampoco hay filiación (…) Quien se entrega con todo su espíritu al concepto, con toda su alma a la imagen, sabe bien que los conceptos y las imágenes se desarrollan sobre dos líneas divergentes de la vida espiritual. Quizás incluso sea bueno excitar una rivalidad entre la actividad conceptual y la actividad de imaginación. En todo caso, sólo encontramos desengaños cuando pretendemos hacerlas cooperar. La imagen no puede dar materia al concepto. El concepto al darle estabilidad a la imagen sólo ahogaría su vida." (Bachelard. 1982. p.86)


El audiovisual tiene la posibilidad de ser un mecanismo que revive la memoria desde lo que es imposible de abarcar de otra manera. El pensamiento moderno de Occidente intentó separar la forma del contenido. Las artes audiovisuales restituyen la forma al contenido. Nacimos con forma y fueron las formas las que le dieron el sentido a nuestra vida de pequeños, en el cuerpo nacen las percepciones, las sensaciones y las imágenes.


"Cualquier cosa que sintamos tiene que basarse en el patrón de actividad de las regiones cerebrales que sienten el cuerpo. Si no dispusiéramos de estas regiones, no sentiríamos nada, del mismo modo que no veríamos nada si se nos privara de las regiones visuales claves del cerebro. Así pues, las sensaciones y sentimientos que experimentamos nos llegan por cortesía de las regiones que sienten el cuerpo." (Damasio. 2014. P.128)


La segunda vertiente, es la cultura, las marcas y huellas desde las cuales diseñamos, atendiendo su transmigraciones y nuevas inscripciones, olvidos y rescates. Nos interesa especialmente, analizar la cultura en un contexto regional y mundial, para que el estudiante considere desde dónde y en qué momento histórico produce sus diseños audiovisuales, atendiendo a la proliferación de nuevos medios y formatos, transitando diversas teorías que dan cuenta de ello. 


La materia realiza dos recortes en esta vertiente, considerando dos aspectos que están íntimamente entramados. Por un lado, estudiamos diversas teorías que analizan y dan respuestas a la construcción del sujeto contemporáneo, entendiendo el contexto mundial y sus resonancias en la región y en el país, y por otro estudiamos las matrices culturales y los modos en que operan. 

Con una concepción actual del sujeto, nos proponemos analizar los nuevos paradigmas de la comunicación a partir de los nuevos medios y los comportamientos que nacen de estas prácticas. 


"Los contenidos de entretenimiento no son lo único que fluye a través de las múltiples plataformas mediáticas. Nuestra vida, relaciones, recuerdos, fantasías y deseos también fluyen por los canales de los medios. La vida del amante, la madre o el profesor discurre por múltiples plataformas."  (Jenkins. 2008. pp.27)


Encaramos el diseño repensando el concepto de espectador como usuario, de emisor como productor; desarrollando los entramados que se ponen en funcionamiento entre los diversos medios y como ello afecta la construcción de sentido. La capacidad del sujeto de relacionarse con más de una pantalla a la vez corresponde a algo netamente contemporáneo que viene a evidenciar transformaciones en las políticas comunicacionales. La reconfiguración del espectador debe ser pensada como consecuencia de los nuevos medios, donde dependiendo la obra, ya no es factible considerar la figura del espectador, sino la del usuario.
 

Las representaciones que el usuario genera con un dispositivo móvil, ya no se parecen a las percibidas por el ojo humano. La presencia, hoy, se constituye audiovisualmente. Las configuraciones espacio-temporales se encuentran en permanente mutación y eso no solo influye en nuestros diseños, sino también en la forma en que percibimos el entorno en que nos movemos y nos relacionamos. Esto lleva a nuevas problemáticas: espacios públicos y privados virtuales, espectacularización de la intimidad, el tiempo mediatizado, cultura de lo inmediato y de lo efímero, sociedad transestética y otras.

No hay sentido sino en la cultura. Tampoco hay lenguaje audiovisual fuera de ella. Una concepción limitada del audiovisual reduciéndolo a recurso y tecnología, traerá como consecuencia la falta de expresividad y capacidad de provocar sentido. 

 

La segunda línea dentro de la vertiente cultural es la de las llamadas matrices culturales. Ellas son los “yacimientos de sentido” que heredamos de la cultura de Occidente. Estas matrices son modos de construcción, modelos de historias, mitos con sus funciones, imágenes paradigmáticas e icónicas del comportamiento humano, metáforas del lenguaje, juegos de ficción, de tablero, físicos y mentales, géneros que han trasmigrado de época, de contexto, de medio y son "correas de significación" que nos relacionan con lo colectivo, la memoria atávica, la manera en que los cuerpos lograron llevar al lenguaje y de allí al mundo conceptual, sus formas de percibir el mundo.
Las matrices culturales operan de distintos modos, pero muestran una resistencia notable a la división entre forma y contenido. Son formas que suponen su contenido, o son contenidos que han encontrado su forma más eficaz. No se vacían con la repetición. Resignificadas, renacen relucientes en otro contexto de sentido, como nuevas, con la fuerza del origen. Son conocidas por el espectador y en muchos aspectos vienen de él y con él producen esa pretensión de completar la lectura. Son parte del lenguaje en el que viven, son parte de su cultura ancestral, de la forma de sus emociones y de su pensamiento visual e icónico. 

 

La tercera vertiente, se centra en analizar los elementos constitutivos del territorio audiovisual como un entramado de sentido atravesado por las dos vertientes ya consignadas. 
Si pensamos en colores, sabemos que a partir de los tres colores primarios se puede acceder a toda la gama de colores. Si pensamos en palabras, sabemos también, que necesitamos aprender las veintisiete letras que conforman el abecedario y a partir de allí accedemos al lenguaje. ¿Pero existen los colores primarios audiovisuales? ¿Podemos definir una cantidad de letras que den cuenta del alfabeto audiovisual? Esta tercera vertiente se propone identificar aquellos elementos constitutivos del audiovisual para estudiarlos en diversos territorios, atendiendo a la potencialidad de cada uno en particular y a las relaciones que entre ellos se establecen. Desarrollamos entonces una propuesta inicial investigando Espacio, Tiempo, Cuerpo, Objeto, Luz, Sonido, Palabra y Narración. Entendemos que la creación de una imagen es el todo conformado por cuerpos que actúan en el espacio, encuadrado por la cámara, que vive por la luz, en el tiempo y en el movimiento.

 

Le proponemos al estudiante analizar cómo se articulan estos elementos en obras de autores audiovisuales reconocidos y hacer este trabajo en sus propios diseños.
 

El trabajo de un creador es siempre la búsqueda de su identidad a través de la invención de un universo propio. Toda una vida le lleva a un pintor encontrar colores y formas que le pertenezcan, a un poeta apropiarse de palabras y al Diseñador Audiovisual encontrar sus formas, sus territorios. 
Tanto sea mostrando como ocultando, desde el nacimiento del cine, sabemos que ofreciéndole al espectador sólo una parte de lo representado se lo incentiva a completar con su imaginario lo faltante; invitándolo a participar del proceso de creación aún sin darse cuenta. El audiovisual es entonces un arte del tiempo construido en fragmentos. Cada plano, cada escena, es una pieza dentro de un rompecabezas; es tan solo una parte de un todo que se desarrolla a lo largo del tiempo. 

Comprender las características fundamentales de las poéticas actuales refundadas desde los medios y las artes audiovisuales, a partir de las matrices culturales y de los sistemas de representación y simbolización, amplia los universos perceptivos del estudiante.
La propuesta desarrollada por la Cátedra presenta un cruce entre estudios teóricos y actividades prácticas. El objetivo es darle al estudiante una sólida base que, combinada con la práctica concreta del diseño audiovisual, le aporte herramientas que le sirvan para encarar sus producciones y para plantearse su perfil personal como Diseñador de imagen y sonido. 


El infierno de los vivos no es algo que será; hay uno, es aquél que existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio. (Calvino, 1972. pp.175).
 

En palabras de “Chiqui” González, “Construir sentido no es, en consecuencia, lo mismo que asignar significación. El Diseñador busca hacer participar al cuerpo (sensaciones, percepciones, imágenes, afectos y emociones e ideas y conceptos), orientando el discurso personal con un enfoque ideológico y una mirada histórica, apelando al temblor de lo humano e interrogando los fines de la vida. Eso hace el creador.”

Nuestro Sentido: Bienvenida
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